Por fin trajo el verde Mayo correhuelas y albahacas a la entrada de la aldea y al umbral de las ventanas. Al verlo venir se han puesto cintas de amor las guitarras, celos de amor las clavijas, las cuerdas lazos de rabia, y relinchan impacientes por salir de serenata. En los templados establos donde el amor huele a paja, a honrado estiércol y a leche, hay un estruendo de vacas que se enamoran a solas y a solas rumian y braman. La cabra cambia de pelo, cambia la oveja de lana, cambia de color el lobo y de raíces la grama. Son otras las intenciones y son otras las palabras en la frente y en la lengua de la juventud temprana. Van los asnos suspirando reciamente por las asnas. Con luna y aves, las noches son vidrio de puro claras; las tardes, de puro verdes, de puro azul, esmeraldas; plata pura, las auroras parecen de puro blancas y las mañanas son miel de puro y puro doradas. Campea Mayo amoroso; que el amor ronda majadas, ronda establos y pastores, ronda puertas, ronda camas, ronda mozas en el baile y en aire ronda faldas...