Viaje A La Luna
La narraciĂłn que vamos a escuchar se llama "VIAJE A LA LUNA". Antes de empezar debĂ©is saber que a cada capĂtulo de la historia corresponde un determinado grupo de instrumentos de la orquesta. El orden de apariciĂłn será el siguiente:
Para empezar, toda la orquesta a la vez. En segundo lugar, la familia de los instrumentos de metal: trombones, trompas y trompetas. A continuación, la extensa familia de los instrumentos de percusión: timbales, bombo, platillos, xilófono, triángulo, caja china, látigo, carraca, silbato y tam-tam.
DespuĂ©s los instrumentos de cuerda: violines, violas, violoncelos y contrabajos unidos al arpa, los metales y la percusiĂłn. Luego la familia de los instrumentos de madera: flautĂn, flautas, oboes, clarinetes y fagot. Y finalmente, el "tuti", o sea, todos los instrumentos de la orquesta conjuntados.
1. Era un domingo por la tarde, y la Panda de los Inventis no sabĂa quĂ© hacer. Se llamaban los Inventis porque eran unos chicos y unas chicas que siempre andaban inventando juegos e historias. TenĂan mucho ingenio y eran buena gente.
Aquel domingo querĂan hacer algo nuevo, algo extraordinario, algo que fuese más divertido que todo lo que habĂan hecho hasta entonces.
Iván, que era el jefe de la pandilla, dijo:
— Que cada uno de nosotros proponga un juego o una aventura, y escogeremos lo que nos guste más. Empieza tĂş, Carlos. ÂżQuĂ© podrĂamos hacer? Pero no nos dejes sordos con tu voz de trombĂłn. Veamos, ÂżquĂ© nos propones?
/trombĂłn/
2. Después habló Luis:
— No, Carlos, no, explorar las entrañas de la tierra es demasiado fácil. Hay muchos agujeros para entrar, y sĂłlo se trata de bajar. A mĂ me gustan aventuras más difĂciles.
Y bueno, no era poco difĂcil la aventura que explicĂł:
/trompa/
3. Casi daba miedo oĂr la voz de Luis, que sonaba como una trompa, cuando explicaba que deseaba descubrir quĂ© habĂa en el fondo del mar:
/trompa/
4. Tomás dijo que sĂ, que Ă©l tambiĂ©n se apuntaba:
/2 trompas/
5. Pero Iván y Miguel no estaban de acuerdo:
/2 trombones/
6. DecĂan que si se metĂan en el mar quedarĂan empapados, y habrĂa bronca familiar:
/trombones y trompas/
7. Pero los demás se burlaban:
— Y si nos metemos bajo tierra, ¿qué? El polvo se nos meterá hasta por las orejas. La discusión no se acababa nunca:
/trombones y trompas/
8. Entonces Ana, una de las chicas, que ya estaban hartas de que los chicos nos les hicieran caso, empezĂł a hablar. EmpezĂł muy bajito...
/trompeta/
9. Después más fuerte, y pronto se le añadieron todas las chicas. ¡Qué bullicio!
/trompetas/
10. — ¡Pero, de qué están hablando estas locas! Y entonces Ana lo dijo muy claro:
11. — ¡La Luna! ¡La Luna!
Y la idea tuvo tanto éxito que toda la pandilla empezó a gritar: ¡La Luna, vayamos a la Luna!
/todo el metal/
12. Desde aquel dĂa, cada domingo por la tarde, la pandilla de los Inventis se reunĂa para discutir todos los detalles del viaje a la Luna:
/percusiĂłn/
— ¿Desde dónde lanzaremos el cohete?
— Desde la azotea de casa, que es la más alta.
— Ahà arriba hará fresquito, ¿no?. Mamá siempre dice que me ponga la bufanda cuando voy al cole...
— Una mochila llena de chocolate, eso es lo que necesitamos.
— Y una bici, una bici para pasear por la Luna.
— ¡Alto, alto! -avisó Iván-. Si empezamos a cargar el cohete no alzará ni un palmo del suelo.
/metal/
13. Y cuando todo el mundo se puso de acuerdo, llegó la hora de empezar a construir el cohete. Todos iban transportando a la azotea de la casa de Iván los elementos y aparatos más extraños.
/percusiĂłn/
14. Nunca se habĂa visto una procesiĂłn tan rara...
/percusiĂłn/
15. Al principio, dejaban todos los trastos por el suelo, sin orden ni concierto.
16. Hasta que, unos dĂas más tarde, Iván dijo:
— Ya tenemos bastante material. Ahora os explicaré cómo debemos montar el hierro, las latas, el aluminio, el plástico, los muelles, todo. Carlos, Luis, Tomás: ¡manos a la obra!
17. Todos trabajaban de firme. A veces metĂan tanto ruido, los chicos y las chicas, que para entenderse tenĂan que gritar:
/percusiĂłn y metal/
18. Cuando el trabajo ya andaba mediado, el cohete empezĂł a inclinarse peligrosamente...
19. Hasta que...
20. ¡Todo por el suelo! Pero la panda de los Inventis, sin desanimarse, volviĂł a empezar. Pero esta vez ya tenĂan experiencia, y trabajaron más deprisa y más seguros.
21. Cuando el cohete estuvo listo, Iván dijo a las chicas:
— Ahora os toca a vosotras. Id con mucho cuidado, porque es la operación más delicada. Llenad el depósito con el combustible secreto.
Y ellas que se las sabĂan todas, enseguida lo tuvieron lleno.
/percusiĂłn y metal/
22. De pronto, se hizo un gran silencio. Ya no quedaba nada más que hacer. Se miraron unos a otros, hasta que Iván dijo:
— Ha llegado el momento de entrar en el cohete. Uno tras otro, y muy despacio.
/metal/
23. Abrochaos el cinturón. Y poneos el casco. Atención: cinco, cuatro, tres, dos, uno... ¡Arriba!
/cuerda, metal y percusiĂłn/
24. Cuando vieron que salĂan disparados... ¡quĂ© griterĂo de entusiasmo!
25. Ya subĂan por los aires.
26. Arriba, cada vez más arriba...
27. Con las caras pegadas a los cristales de las ventanillas, todos aquellos aprendices de astronautas admiraban la belleza del espacio.
28. La Tierra se veĂa cada vez más pequeña.
29. ¡Mirad, mirad! ¡Ya estamos cerca de la Luna!
30. Iván consultó el reloj cósmico que llevaba y avisó:
— Carlos, prepárate para poner en marcha los cohetes de freno.
31. ¡Ya!
32. ¡HabĂan llegado!
33. — ¡Dejad de alborotar, pandilla! Luis, abre la puerta y salid uno tras otro.
/flautĂn/
34. Todos se quedaron inmĂłviles sobre la Luna. ParecĂa un desierto, pero un desierto blanco, donde se divisaban pequeñas colinas parecidas a flanes; a sus pies, el suelo parecĂa nata congelada. No habĂa ni una pizca de aire. Al principio, les pareciĂł que todo era silencio. Pero poco a poco...
35. — ÂżOĂs esa voz? Alguien nos da la bienvenida.
36. — Parece un flautĂn -dijo una chica.
/flautas/
37. — ÂżUn flautĂn? No. Seguro que es un habitante invisible de la Luna.
/oboes y clarinetes/
38. — Fijaos. Esta otra voz también es muy bonita.
39. Se oĂan nuevas voces, y todos los de la panda escuchaban boquiabiertos.
/fagot/
40. — ÂżNo os parece que Ă©se se rĂe de nosotros?
41. — Vamos, chicos, tenemos que descubrir dónde se esconden. ¡Adelante!
/madera y percusiĂłn/
Eran una especie de hombres como los hombres de la Tierra, pero más alegres y parecĂan hermanos.
Eran una especie de mujeres como las mujeres de la Tierra, pero más alegres y llevaban una rosa en la mano, como si siempre fuera un dĂa de fiesta.
Eran una especie de niños y niñas como los niños y niñas de la Tierra, pero más alegres y sinceros, y más felices de tener amigos.
42. — Chicos y chicas que me escucháis. La Pandilla de los Inventis no volviĂł de la Luna, aunque tenĂan su cohete listo. Eso significa que todo lo que allĂ descubrieron les gustĂł mucho.
Allà siguen, y sin duda, esperan que vaya más gente de la Tierra.
/orquesta/
Gente decidida y alegre como ellos.
43. Gente que tenga ganas de estudiar y de trabajar...
44. Gente que crea que hay que hacer de verdad un mundo mejor...
45. Y que se interese por la gente que no conoce, la gente que es diferente.
46. Si vosotros sois asĂ, no lo dudĂ©is: llegarĂ©is muy lejos...
¡A las tres!, ¡A las dos!, ¡A la una!:
¡A la Luna!
/Todo, como final/