(Recitado)
El corazón del tango palpita, emocionado
ya se fue para siempre quien lo supo cantar,
y un vacío muy hondo y muy triste ha quedado
¡porque perdió a su ídolo la canción popular!

Como un responso, las notas de este tango,
que se desgranan sobre mi corazón,
quiero que sean, suave sudario,
que hasta ti lleguen cual oración...
Desde muy, niño, amaste la guitarra,
a sus acordes cantaste soñador
tristes endechas, dulces plegarias,
voleando tu alma de trovador.

Sollozan los fuelles,
gimen los violines,
y en todos los ojos
hay un lagrimón...
¡Gardel ya se ha ido,
El Zorzal ha muerto!...
¡Qué solo está el tango...
sin su corazón!...

La muchachada del Plata te recuerda
y en las cortadas de tu viejo arrabal,
mientras un fuelle, triste rezongo,
en el recuerdo, no morirás...
Pusiste tu alma en más de mil canciones
y en esos tangos que no cantarás más
con un lamento, como un reproche,
contra el Destino, tú vivirás...