Con un soplo de vida, Una pizca de infancia, Algo de adolescencia Y una sombra que brilla.
Sobre un barco que orienta Su quilla hacia la Luna Y, desafiando al vacío, Despliega al sol sus velas.
Sobre este mapa en blanco Que nos dejó el primer llanto, Sin límites, sin nombres, Lápiz de luz en mano.
Un Norte que se muda, Una brújula inquieta. Hoy es amor, mañana, Una costumbre adulta.
Sin importar si el suelo Llega hasta el horizonte, Confiando en que el camino Conduce a un cielo claro. Cargando el alma en brazos, Cansada pero viva. Andando, siempre andando, Entre espanto y sonrisa.
Hoy pueden ser tus ojos, Mañana un cataclismo. En su injusta medida, Y cada uno a su modo.
Hoy es la madrugada, Ayer fueron tus manos, Que en escasos minutos Se van sin decir nada.
Y la razón insiste En dibujar peldaños, Para que la ilusión Baje a pisar tierra firme.
Una mano en el cielo, La otra en el infierno, Y el corazón entre ambos, Así se hacen los sueños.