Entre tantas pasiones que allĂ me esperaban Las virtudes de aquella mujer sin palabras hablaban CompetĂa el escote en su espalda Con el tajo mortal de su falda
Pude allĂ predecir solo con su mirada Que por mis caricias su piel desnudaba Que las consecuencias su cuerpo pagaba De estar una noche a mi amor condenada