Lentos, tristes, torpes, ya se van de mala gana los pintados carretones de la caravana.
Y hasta la misma banda que un día tanta alegría trajo al llegar, suena hoy tan triste que se diría que siente pena porque se va. ¿Dónde tu carpa tenderás?... ¿Cuándo reiremos otra vez, circo del eterno vagar, con tu payaso aquel que champurriaba inglés?
Banda del alegre sonar... Luces y cohetes de color... Mustio se queda el arrabal como si se le hubiera ido el corazón.
El circo se fue... El barrio queda como sumido en la melancolía de su propia vejez, porque con él parece que por siempre se ha ido lo único que nos trajo algo de la niñez. El mozo que lucía recias musculaturas y el tony que peleaba con el gracioso ciown y la chica rolliza de formas prematuras que bailaba en la cuerda ante nuestra emoción.
Lentos, tristes, torpes, como de muy mala gana, ya se van los carretones de la caravana.
Y bajo el eco de aquella pieza con que la banda su adiós nos da, nada más triste que la tristeza que deja el circo cuando se va.