José Larralde
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Herencia Para Un Hijo Gaucho III

José Larralde


Soná guitarra pampera
que preciso tu tristeza,
encerrame en la tibieza
de tu embrujo celestial,
que en esta gota de sal
es un gaucho el que te besa.

En el divino torrente
de tu eterno divagar,
tal vez se logre ensamblar
mi copla lenta y tristona,
y en gravísimas bordonas
al cielo quiera llegar.

Si me falta por sobrarme
lo que me sobra al faltar,
si no me puedo ensartar
en tu madero dolido,
del camino recorrido
sé que nada ha de quedar.

De tu boca sentí el beso
mas dulce y mas soñador.
De tu seno vibrador
el respiro que es umbroso
y hasta me sentí celoso
del zorzal que te anidó.

Que bueno saber que soy
prolongación de tu ser,
que lindo sería saber
si mañana cuando muera
con restos de tu madera
en árbol vuelva a nacer.

Que culpa tiene mi canto
que un gaucho sea su dueño,
si fue el gaucho que en su ceño
depositó su confianza,
¿cómo puede la esperanza
saber si es grande o pequeño?

Nadie sabe más que yo
con mi defecto y virtú
adonde llega la luz
y adonde no ha de llegar,
quien no me quiera escuchar
me ayudará con la cruz.

Quien enseñe lo aprendido
aprende por enseñar.
Quien se larga a caminar
y quien camina hace rato
no ha de importarle el zapato
por más que duela al andar.

Cada hombre sabe mucho
de lo poco que aprendió.
No vale por lo que dio
sino por lo que ha de dar,
o mucho habrá de llorar
la madre que lo parió.

Cuando el brazo, pasa y queda
el sudor que lo empapó,
cuando el pescuezo dolió
por tragar un pan reseco,
del tiempo el manto es un fleco
en la historia que lo historió.

Quizás nadie quiso darle
mas que olvido a su recuerdo.
Y algo peor, por no saberlo
el hombre desagradece
y en los ojos de las reses
fija los suyos el cuervo.

Antigua forma de andar
recostao pa´no caerse
el hombre por no atreverse
se atreve a cosas tremendas.
A veces los hace a sabiendas
y sin saberlo otras veces.

Y de puro acostumbrao
camina sin saber donde
y casi siempre responde
al primer grito de alerta.
La vaca que entra en la huerta
sabe que no, pero come.

Nadie se asombre ni piense
que soy un maleducao.
Nadie se vea incomodao,
ni nadie se crea ofendido.
Tan solo pienso y les digo
algunas que yo he pasao.

El que quiere que me atienda
y el que no, que se haga el oso.
No las voy de refaloso
porque no nací pescao.
Camino sobre un pasao
limpio, sano y respetuoso.

Siempre tuve por costumbre
y por pura convicción,
ser ante todo varón
sin dobleces, ni mentiras,
por eso es que alzo mi lira
libre, cual vuelo e´gorrión.

Jamás pretendió mi canto
ser castigo pa´ninguno.
En reflexión me consumo
y en reflexión se baraja,
que el que tuvo cola e´paja
solito le brotó el humo.

Tal vez ni podría mi copla
y ojalá Dios sucediera
cantarle al gato, a la pera
o al pan de la buena mesa,
y en vez de cantar tristezas
alegrías verdaderas.

A naides le ha de doler
la verdad si la conoce.
Tal vez no le cause goce,
tal vez le incube rencor
pero es pior ese dolor
porque su alma reconoce.

No hay cárcel mas verdadera
pa´l hombre que tiene Dios
que ser sordo a toda voz
y ser mudo a toda oreja.
El alma se pone vieja
sin consuelo y sin perdón.

Hay paciencias y hay resignos
hay tiempo y hay comunión.
Cada hombre es el patrón
de la cosa mas inmensa.
Si cultiva su vergüenza
estibará comprensión.

A lo mejor ya lo he dicho
y caigo en la redundancia,
pero con mucha constancia
y repitiendo se saca;
redundanciando las vacas
se engrandecen las estancias.

Por eso a veces repito
las cosas que ayer ya dije.
El repetir no me aflige
porque lo viejo es lo nuevo:
todas la aves dan huevos
después el hombre es el que elige.

¿Pa´que via decir buen
día si eso ya lo dije ayer?.
Hay cosas que habré de ver
y hay otras que ya la he vistos;
repite su canto el mixto
por ayer, hoy y después.

También se repite el sol
y la luna y las estrellas,
el mostrador, las botellas
el viento y los aguaceros,
y en el canto verdadero
se van repitiendo huellas.

Que no haya mal entendido,
en esto de repetir.
Cada uno habrá de seguir
por donde mejor le cuadre.
Ansí lo pensó mi madre
por eso es que estoy aquí.

Yo siento, pienso y me doy
pero me doy sin usura,
no me gusta la gordura
que suebra porque molesta,
y antes de pechar la cuesta
bajo a tantiar la montura.

No sé como ni porque sé como
y porque es que sé,
sé que el agua es pa´la sed
y el fuego pa´dar calor
y sé que todo lo pior
es mejor verlo otra vez.

Varias razones me doy
y cada una va conmigo.
Yo soy mi propio testigo,
mi fiscal, mi defensor,
y mi juez es el honor
de todo aquel que he vivido.

Nadie me puede juzgar
si no tiene un buen derecho
que valga por lo que ha hecho
y esté bien reconocido.
No acepto que un comedido
me dé aserrín por afrecho.

Quiero que le cueste poco
entender mi explicación.
A veces por barrigón
no alcanza a prender el cinto,
por eso es que se lo pinto
flaquito pero fuertón.

Mi copla no ha de tener
riquezas del inteleto.
Reconozco lo imperfecto
o que alguien me pueda tachar,
pero en sentir y verdad
por sano me juego el resto.

No puede tener maldá
que por maldá fue sufriendo
y yo explicarle pretendo
que el que hace mal a sabiendas,
siempre le chingan las priendas
y vive echando remiendos.

Siempre el hombre ha de pensar
que en cada mala intención
da lugar a un resfalón
que puede ser perdicioso:
todo campo es resfaloso
si no se tiene razón.

Se cansa el hombre de ver
cosas que ver no quisiera:
alambrados y tranqueras
que a veces quieren pararlo.
Pero el macho ha de bandiarlos
y ha de d´ir pa´donde quiera.

Es muy triste que el temor
encarcele el sentimiento,
es muy triste estar contento
pa´disimular tristezas.
De los pies a la cabeza
crece todo por adentro.

Y mal ha de conseguir
paz y consuelo el maleta,
siempre andará a las gambetas
viviendo de lo emprestao:
a mí también me ha pasao
por una triste galleta.

Todo tiene su motivo
y yo lo tuve también.
Todo comienza por bien
pero termina mal hecho.
Todo camino derecho
duebla pa´l que anda a pie.

No se duebla la conciencia
porque eso no tiene precio.
Y yo que lo fui de recio
un día baje la cabeza
y coseche pa´tristezas,
solo ironía y disprecio.

Pero todo ha de servir
pa´ esperiencia verdadera:
Se atora la volcadera
por nueva o por oxidada,
pero las leguas aradas
le ponen brillo endeveras.

Del cielo viene la luz
pero el hombre la reparte
y aunque hay luz en todas partes
algunos viven a oscuras.
Pero si hay luz en la achura
lo demás es cosa aparte.

Ninguno ha de hacer conciente
lo que no quiere que le hagan.
Las estrellas que se apagan
son penas del firmamento,
y yo pienso pa´mi adentro:
¡Dios , dale luz a mi alma!.

No sé si podrá entender
adonde quiero llegar.
Algunos ven sin mirar
algunos miran sin ver,
y yo doy mi parecer
por cuenta mía nomás.

Se lo dije alguna vez
y se lo vuelvo a decir.
Y a de poderlo alvertir
sin que se le haga complejo;
no quiero darle consejos,
solo mostrarle un sentir.

Cuesta mucho comprender
los sentimientos ajenos.
Todos tenemos de gueno
lo que nos falta de malo,
y a veces, los mismos años
nos confunden el terreno.

Y a la larga o a la corta
y por más vuelta que dea,
las sombras siempre se apean
más rápido que la pata;
nacen junto a la alpargata
y crecen hasta ande desean.

Depende por depender,
todo ser de independencia
depende la providencia,
también lo premeditado.
Depende lo evidenciado
por depender de evidencia.

Todo el igual es distinto
y al ser distinto es igual.
En diferencia cabal
se asemeja a toda cosa.
No nacen rosas de rosas
y sí rosal de rosal.

Nunca se debe envidiar
lo bueno que otro posea.
Trate de ganarlo y vea
que sea justo y merecido:
el plato bien conseguido
ni se eructa, ni patea.

Cuando tenga un entripao,
no se quede con las ganas.
Es fiero pensar macanas
y tragar por no escupir,
a ningún lado ha de d´ir
gorgoreando como rana.

Por favor, no se me olvide
y que esto quede latente
defienda con uña y diente
la libertad de su tierra:
recuerde que en toda
yerra esta la trebe caliente.

Tal vez a Usted no le importe
las cosas que yo he pasao.
Tal vez de puro educao
me soporta el argumento,
pero si piensa que es cuento
se va hundir en el pecao.

Tengo cosas pa´historiar
como el libro más mentao.
Algunas las he pasao,
otras he visto pasar,
en cosas de rilatar
estoy bien autorizao.

Dios me puso en esta huella
y Dios me enseño a versiar.
Él me enseño a recordar
y a mirar pa´los costaos,
pero si me he equivocao,
la culpa es mía nomás.

Y a más le quiero aclarar
pa´su sentir y criterio
que aunque me larguen los perros
y me muerdan los garrones,
seguiré con mis razones
hasta el mismo cementerio.

Tal vez mi última morada
sea en algún nubarrón
o si consigo el perdón
y Dios me hace la gauchada,
en mis pampas fachinadas
dormirá mi corazón.

Y el día que clave la guampa
y mi cuerpo se agusane.
El día que se desgrane
la espiga de mi osamenta,
sólo Dios me hará la cuenta,
porque a él le entrego mis vales.

Por eso m´hijo la herencia
que yo le pueda dejar
si es que le llega a quedar
de mis deudas un haber,
si no las quiere perder,
Dios se la ha de administrar.

A lo mejor queda un saldo
de errores que cometí.
Si llegara a ser ansí,
no tenga empacho en decirlo,
tal vez llegue a maldecirlo
si me quisiera encubrir.

No niegue mi voluntad
por mas que adentro le duela
encubrir es mala escuela,
por eso la estoy negando;
si yo viví equivocando
no quiero ser sanguijuela.

No sé si podré dejar algo
que pueda servir.
Sé que no puedo parir
por haber nacido macho,
pero no olvide muchacho
que yo ayude a concebir.

Por eso, m´hijo repito
que consejos no le doy,
el canto que canto hoy
y el canto que ayer canté,
mañana lo cantaré
de puro criollo que soy.

Compositor: Larralde

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