Es el taita más temido y en el barrio respetado, De una pinta más bacana que magnate de bastón. Hecho de una sola pieza, noble como un caballero, Y siendo bueno, es muy hombre, cuando llega la ocasión. Es el dueño de una mina tentadora, de ojos negros, Que le gusta mucho el lujo, la milonga , el charlestón. Él la quiere con locura, como nunca quiso a nadie, Y por darle el gusto a ella el taita se hizo ladrón.
Pero en una madrugada, De una noche muy oscura, En una fiera aventura Temerario se metió. Le faltó su buena racha, Pues, mientras el golpe daba, Saltó la bronca, hubo biaba, Y la cana lo llevó.
Y la mina en la milonga, enredada en los chamuyos De un amigo que hacía tiempo esperaba esta ocasión, Esa noche al enterarse que lo habían encanado Se piantaron y sellaron con un beso la traición. Mientras tanto allá encerrao en su celda triste, oscura, Evocando aquel recuerdo que le parte el corazón, Ha jurado su venganza, porque muy bien se merece, Que en su pecho, por cretino, se haga vaina su facón .
Pasó el tiempo y una tarde, Al dejar aquellas rejas, En la puerta vio a su vieja Cubierta con un mantón. Un abrazo, muchos besos, Todo un mundo de esperanza. Y al placer de la venganza Dejó su paso al perdón.