En sus manos la verdad,
sabe que le basta con mirar.
No se puede renunciar
este secuestro es legal.
Impotencia y soledad,
cartas que ayudan a respirar,
en la angustia del barracón
por la fuerza del azar.

Acabamos siempre siendo las víctimas:
somos los peones de su partida.
Tanta humillación,
suicidios que se olvidan.
¡Desesperación!,Es duro soportarlo.

Juraremos lealtad, por un color de asta,
sin ningún orgullo en la mirada.
Juventud que moja de sangre sus galones
por “eso” que llaman libertades.

Anular la voluntad,
miedo que se clava sin piedad,
adorando el pedestal,
de su lucro personal.
Ordenanza y deserción:
retos que prueban su valor.
Suena el sable del trepador,
roza el cáliz del poder.

Acabamos siempre siendo las víctimas:
somos los peones de su partida.
Acabamos siempre siendo las víctimas:
somos los peones de su partida.

Juraremos lealtad, por un color de asta,
sin ningún orgullo en la mirada.
Juventud que moja de sangre sus galones
por “eso” que llaman libertades.