Será por “la maldita circunstancia del agua por todas partes”, Âżserá? por la humedad, por Yemayá o por mi edad, por la miseria que es tratar de recordar, o por su olor dulzĂłn y triste, o por su piel de lagartona que persiste. Será por la bendita circunstancia del agua por todas partes, Âżserá? por Amelia o el mojito que bebĂ, o porque Hemingway le entraba al daiquirĂ, o por la puerta siempre abierta con las piernas de una experta.
O por Ochún o por Changó, “nadie puede salir”, nadie quiere salir, o porque nadie me avisó “nadie puede salir”, nadie quiere salir.
Será por la dichosa circunstancia del agua por todas partes, ¿será? por “el peso de una isla en el amor de un pueblo” o por el Che que me provoca todo esto, Ernesto: la omnipresencia musical, el cañonazo de las nueve, el malecón.
Será por la perversa circunstancia del agua por todas partes, ¿será? que las potencias celestiales o terrestres, o las presencias tan humanas y silvestres, que nos amparen estas tierras insulares a los pobres continentes.