¡Si el tiempo me diera tiempo para seguirla buscando! ¡Ustedes saben, muchachos que yo la nombro llorando! Es que vive tan atada a mi destino tanto y tanto ha señalado mi camino, que vivo solo y pensando pues mi alma la está llamando ¡para que vuelva otra vez!...
Esta tarde... yo no se por qué presiento que esta tarde, frente a frente el destino a de ponernos nuevamente; y si ese presentimiento se cumple... ¿qué le diré? ¿Qué respuesta habrá en su labio que me recuerde el ayer? Yo sólo quiero decirle: ¡volvé, mi vida, volvé!...
¡Si el tiempo me diera tiempo para encontrarla de nuevo!... ¡porque me han dicho esta tarde que los muchachos la vieron! Bajo el sol, bajo la luna la he buscado porque sé que nunca, nunca me ha olvidado y voy siguiendo su huella como si fuera una estrella ¡que así me hubiera embrujao!