El era un hombre de campo oriundo de Nuevo León tenía apenas 19 años su nombre: José Pérez León.
Tenía un primo lejano que de mojado se fue al poco tiempo le envió un telegrama diciendo ven pronto José.
Pues un trabajo le habían encontrando piscando algodón como él.
Y se fue, y se fue ahogando en llanto en el adiós con su mujer se fue, sin saber que de ese viaje ya jamás iba a volver pobre José.
Cuando llegó a la frontera con Willy se entrevistó era el pollero más afamado y astuto de la región Le dijo Pepe hoy estás de suerte mañana te cruzo yo...
La madrugada de un viernes en una vieja estación 20 inocentes pagaban su cuota entre ellos José Pérez León y sin dudarlo a todos subieron en el interior de un vagón.
El tren cruzó al otro lado casi 7 horas después fue cuando el aire empezó a terminarse y ya nada pudieron hacer nadie escuchó aquellos gritos de auxilio y la puerta no quiso ceder.
Uno por uno se fueron cayendo y asi falleció el buen José.
Y se fue, y se fue a cruzar el cielo con sus ancias de crecer se fue, sin saber que ya su esposa un hijo suyo iba a tener pobre José.
Así termina la historia, no queda más que contar de otro paisano que arriesga la vida y que muere como ilegal de aquel José que mil sueños tenía y que a casa jamás volvera...