Acapella: yo soy Jacinto Pérez, legítimo soldado del general Sandino, pero me dicen chinto jiñocuago por que tengo tantas heridas como un tronco de jiñocuago en camino real, vella.
Nota: la entrada y el intermedio llevan los mismos acordes del coro.
Coro: chinto jiñocuago me dicen a mí. Vengo señalado desde que nací. Traigo en cada seña una historia que viví llevo una leyenda en cada cicatriz.
Acapella: - ¡chofilo chinto! -¿Qué fue hombre? -¡Clase verdugón que tenés en el frontispicio! -Hay amigo esta raya tiene su historia. Ya se la voa’ a palabrera. Deme el mi menor.
Esta seña condenada que en la frente se me ve, yo la quiero con el alma ya les voa’ a contar por que. La montaña fue testigo que me escapé de morir en la guerra de Sandino combatiendo en Apalí.
Nota: después todo sigue igual.
coro: Chinto jiñocuago...
Acapella: - ¡ala puchica chinto! -Ajá hombre -¿ Y ese agujero que te miro en el brazo derecho? -¿ Este qué parece brocal de pozo? Hermano. -¿Ajá? -También tiene su legítima historia. Agarre dimensión.
Este agujero tremendo que mi brazo perforó. No es como dice la gente que es un hoyo de inyección. Me lo pegó un alistado, dicen que por casualidad. Ni con cebo serenado se me ha podido borrar.
Coro: chinto jiñocuago... Intermedio... Acapella: - ¡ala viuda chinto! -¿Qué pasó hermano? -¡Clase carretera que tenés el guerguero hombre! -Si casi me vuelan la gallina hombre. Pare la oreja, vella.
Este surco bien clarito me sobó la yugular. Para ser más patentito me lo dio Melchor Pastrán. Fueron dieciocho puntadas cocidas de tres en tres. Por aquel beso robado que le di a la Rosa Inés.