¿Alguna vez pensaste en querer quitarte la vida? Tal vez te imaginaste en tu propio funeral Como un fantasma, observando desde arriba Para poder ver, por fin, si para alguien fuiste especial
Lo dije en un pasado, el pesimismo es adictivo La gente esnifa líneas, yo las escribo La depresión viene y va, como las olas del mar Solo quiero hundirme en el agua y empezar a respirar
Sentirme libre, flotar con la marea Sin peleas, sin sentimientos que rimen Mis lágrimas clavándose en mis letras como agujas ¿Llorarán mis canciones cuando nadie las escucha?
¿Por qué los demás siempre han tenido que ir primero? Demasiados te quiero y pocos me quiero Me repiten: ¡Tus escritos me salvaron de morir! Pero tengo una pregunta, dime: ¿Quién me salva a mí?
Te hablan de deconstruirte, pero no de qué hacer Cuando te derrumbas por quitar la pieza equivocada Ya no sé qué decirme, estoy acorralado Entre la pared y yo mismo empuñando la espada
Y tal vez nunca me perdone No hay peor mordaza que la que uno se autoimpone Soy un loco en esta vida de la que somos esclavos Con la mirada perdida y sentimientos encontrados
Andar sin rumbo y por inercia Dando tumbos en un mundo como si fuera una bestia Por mucho que uno quiera, nunca va a parar la rueda Si la esperanza es lo último que se pierde, ¿qué me queda?
¿Dejar que pasen los segundos? El tiempo es un profesor que mata a todos sus alumnos ¿Te salvaron mis palabras? ¿Te ayudaron a seguir? Ahora soy yo el que pregunta, dime: ¿Quién me salva a mí?
Con el tiempo he aprendido a soltar la mano Porque no puedes salvar a quien no quiere ser salvado ¿Y si estoy destinado a vivir en la oscuridad? Porque el caos es mi manera de entender la libertad
Estoy cansado de entender, pero de que no me entiendan De ser solo un saco al que arrojarle piedras De que se pierda nuestra humanidad por un triste podio De que duela más el amor que el odio
Nunca existieron las palabras para expresar lo que siento Ni vientos que se las llevaran lejos de aquí dentro Me dijeron: Irás al infierno si no te confiesas Me di cuenta tarde que ya estaba en mi cabeza
Siempre queremos comenzar de cero Pero no nos damos cuenta de que la ecuación siempre ha sido la misma Y de nuevo, empezar de nuevo Pero no hallamos la respuesta y la solución puede que ya no exista
Me siento un visionario rodeado de invidentes Me siento un escenario sin actores que interpreten Ya no sé ni quién escribe: ¿La razón o el corazón? Ya no sé qué nos define: ¿La intención o la elección?
Ese bucle infinito, el bosque de incontables sendas No se te caerá el mito si no te crees la leyenda ¿Te ayudaron mis palabras a no ir hacia el abismo? Pregunto una vez más, dime: ¿Quién me salva a mí de mí mismo?