era un chico perdido dentro de la gran ciudad dónde la indiferencia no podía más que reinar andando buscaba respuestas cuando no podía esquivar cuanto no podía comprender ni aclarar
continuaba andando sin mirar donde pisar y siempre descubría un lugar desde donde observar pero su mirada parecía no poder entender porqué la gente corría sin querer llegar a comprender
mira al suelo cuando no quieras ver, pensaba él
que en la ciudad donde vivía los edificios parecían nacer como muros de acero que le impedían mirar el mar que se escondía tras esta gran ciudad y que desaparecía entre ladrillos de cristal
en los millones de billetes gastados para consolidar en nuestra provincia la gran capitalidad de este país muerto que no es nada más que dos banderas para la misma forma de hablar
mira al suelo cuando no quieras ver, pensaba él
¿cuántas casas le quedaban de las que podía mirar cuando iba con sus abuelos a nazaret a pasear? ¿cuántos sitios secretos le quedaban ya por visitar con sus viejos amigos que se habían ido fuera de la ciudad? todos destruidos para poder asentar tiendas prefabricadas donde su alma poder comprar en su río habían construido un gran panal que parecía ser que ahora era el centro astral de dónde surgían el dinero y el poder y que como siempre él solo los vería pasar.
mira al suelo cuando no quieras ver, pensaba él
“en cómo lanzamos al aire a personajes que vinieron aquí para llenarse los bolsillos y después huir por la puerta de atrás.” y así se dió cuenta de que no habían construido para él lo que podía ver alrededor de él
y que “las grandes tiendas estan tan llenas que da miedo pensar qué es lo que tiene en su cabeza hoy en día el saber popular” para poder venderse hasta llegar a olvidar todo aquello que creía que cambiaría
mira al suelo cuando no quieras ver, pensaba él en que nadie se preguntaba porque nos cuesta tanto encontrar un lugar donde ganar para poder vivir en paz nadie se preguntaba porqué nos cuesta tanto pagar un lugar dónde poder dormir y descansar en paz ya no queda dinero para lo social y creemos que con nuestras proezas virtuales podemos alcanzar nuestras promesas mira al suelo cuando no quieras ver el cielo enladrillado