Por más que mires tan provocativa, tu mirada ardiente no me cautiva; y sé que al verme tan indiferente tu pasión se aviva, con calor vehemente. Quiero que sepa que jamás mi boca, que me provoca, besará la tuya ni que siquiera por lástima que fuera, nunca te daré mi querer.
¡Coqueta! que ante tus ojos, se te rinden conquistados, por tus antojos, los ensueños más preciados de quien pensando que eres pura, busca tu ternura ¡Mujer coqueta! Vives ansiando que tu pobre vida inquieta siga engañando, sin notar que está sangrando junto a tus pies, con su ilusión, un corazón.
Pobre de mí si en tu querer creyera y al soñarte mía, yo te quisiera. ¡Qué dicha intensa junto a ti tendría! ¡La feliz quimera de mi fantasía! Pero tu engaño pronto cambiaría mi feliz anhelo, en desconsuelo. Después... tu olvido; mi sueño destruido y en el corazón, un dolor.