La espina que dejaste hundida en mĂ cuando sin que me avises tuve que verte partir la carta que escribiste, inconclusa dejando la puerta abierta tal vez para que tĂş vuelvas o yo corra tras de ti.
Lamento que haya terminado asà la parte de la historia que yo me perdà no tengo más excusas para darte que esta confesión de parte y sentir que se hizo tarde pa’ que corra tras de ti.