En Montevideo hay poetas, poetas, poetas Que si bombos ni trompetas Trompetas, trompetas Van saliendo de recónditos altillos Altillos, altillos De paredes de silencios, de redonda Con puntillo
Salen de agujeros mal tapados Tapados, tapados Y proyectos no alcanzados Cansados, cansados Que regresan fantasmas de colores Colores, colores A pintarte las ojeras y pedirte que no llores
Tienen ilusiones compartidas Partidas, partidas Pesadillas adheridas, heridas, heridas Cañerias de palabras confundidas Fundidas, fundidas A su triste paso lento Por las calles y avenidas
No pretenden glorias ni laureles Laureles, laureles Sólo pasan a papeles, papeles Experiencias totalmente Personales, zonales, zonales Elementos muy parciales Que juntados no son tales
Hablan de la aurora hasta Cansarse, cansarse Si tener miedo a plagiarse Plagiarse, plagiarse Nada de eso importa ya mientras Escriban, escriban, escriban Su mania su locura su neurosis obsesiva
Andan por las calles los poetas Poetas, poetas Como si fueran cometas, cometas, cometas En un denso cielo de metal fundido Fundido, fundido Impenetrable, desastroso Lamentable y aburrido
En montevideo hay biromes, biromes, biromes Desangradas en renglones Renglones, renglones De palabras retorciéndose Confusas, confusas, confusas En delgadas servilletas Como alchólicas reclusas
Andan por las calles escribiendo Y viendo y viendo Lo que vem lo van diciendo y siendo y siendo Ellos poetas a la vez que se pasean Pasean, pasean Van contando lo que vem y lo que no Lo fantesean
Miran para el cielo los poetas Poetas, poetas Como si fueran saetas, saetas, saetas Arrojadas al espacio Que un rodeo, rodeo, rodeo Hiciera regresar para clavarlas en Montevideo