Isabel, por favor te lo pido, esta vida no puede seguir; considera que soy tu marido ante Dios y el Registro Civil. Isabel mira bien lo que haces, mira bien ¡Isabel, Isabel!... Dame un beso y hagamos las paces que tu boca, ¡tu boca es de miel!
Con un primo mĂo yo aprendo a boxear y los golpes bajos son lo que me gustan más. Pues mi esposo, justo allĂ, no me puede resistir... y cuando lo ataco suele suplicarme asĂ:
Isabel, por favor te lo pido, esta vida no puede seguir; considera que soy tu marido ante Dios y el Registro Civil. Isabel mira bien lo que haces, mira bien ¡Isabel, Isabel!... Dame un beso y hagamos las paces que tu boca, ¡tu boca es de miel!
Porque me he cortado melenita a la garzón, en los tribunales pedirá separación. Pero viendo, a su pesar, que me burlo sin cesar de sus amenazas, asà vuelve a suplicar:
Isabel, por favor te lo pido, esta vida no puede seguir; considera que soy tu marido ante Dios y el Registro Civil. Isabel mira bien lo que haces, mira bien ¡Isabel, Isabel!... Dame un beso y hagamos las paces que tu boca, ¡tu boca es de miel!