Soy un hombre normal, nada tengo, mi fe es mi coraza; y por ella, mi Dios, me ha elegido: A Él mi alabanza. Como un trueno, su voz resonaba escondida en mi alma: "Mira y cuéntales que su futuro, se halla escondido entre las palabras que guardan la Revelación, lo que ha de venir, lo que sucederá..."
Ángeles vi, que en el cielo un gran trono guardaban. Y en el trono, en poder, el Hijo del Hombre reinaba: "Soy principio y soy fin, por eterna existencia he vencido. Y la Muerte y su Rey se han rendido ante mí, ya que tengo las llaves del Hades, del cielo y de tí. Soy el Alfa y la Omega, el León de Judá"
Y ante el trono ví millones de hombres; Reyes y siervos con fe, cantaban con fuerza a su Dios: "Bendito Tu Nombre, porque has vencido a la Muerte, y así, has triunfado con gloria y poder"
Digno eres, Gran Rey, de reinar sobre tierras y mar con tu sangre has pagado nuestra liberación
Y en el trono vi al Hijo del Hombre. Puse en sus manos mi fe, lloré como un niño y grité: "Bendito Tu Nombre, porque has vencido a la Muerte y así has triunfado con gloria y poder"