Sola. Increíblemente sola. Vivo el drama de esperarte, hoy, mañana, siempre igual. Dolor que muerde la carne. Herida que hace gritar. Vergüenza de no olvidarte si yo sé que no vendrás. Sola. Despiadadamente sola. Como están los que se mueren, los que sufren, los que quieren, así estoy yo por tu impiedad.
Sin comprender por qué razón te quiero, ni qué castigo de dios me condenó al horror de que seas vos, vos solamente, sólo vos, nadie en la vida más que vos, lo que yo quiero. Y entre la risa y la burla yo arrastré mi amor llamándote.
Fiebre de pasiones maldecidas que uno trae de otras vidas y la sufre hasta morir. Dolor de bestia perdida que quiere huir del puñal. Yo me revuelco sin manos pa’ librarme de tu mal.
Sola. Pavorosamente sola. Mientras grita mi conciencia tu traición, la de tu ausencia, hoy, mañana, siempre igual.
Sin comprender por qué razón te quiero, ni qué castigo de dios me condenó al horror de que seas vos, vos solamente, sólo vos, nadie en la vida más que vos, lo que yo quiero. Y entre la risa y la burla yo arrastré mi amor llamándote.