La ternura de tu última mirada nunca el tiempo ha podido borrar esa cálida presencia tan serena siempre fresca en mi recuerdo está.
Los años van pasando inexorables y por siempre entre los tuyos se quedó el recuerdo de ese verbo tan amado que como un faro mi camino alumbró.
Cuántas alegrías alivian la tristeza siguiendo aquellos rumbos que tu alma sugirió torrente de cariño, humildad, nobleza todo lo convivido llevo en el corazón.
Te despediste temprano de nosotros, en horas de amargura y dolor, mas la muerte trasciende y supera quien la vida ilumina con amor.
Llevo tu sangre mi viejo querido y mientras viva conmigo guardaré la ternura de tu última mirada arraigada en el fondo de mi ser.