Ella se declaró confesa De haber asesinado la última mariposita Que en su estómago revoloteaba Y le cortó las alas al amor
Ella ya ni siquiera sabe En cuántos pedacitos le han dejado el corazón Metió a Cupido en un cajón y le botó la llave Y así se declaró en huelga de amor Y le dejaron el alma fría como el hielo Y el corazón blindado ante el amor de tanto sufrimiento Y sus oídos que escucharon mil te quiero Quedaron sordos de tantas promesas que no se cumplieron
Ya no le importa le bajes la Luna y un par de luceros No cree en poemas de Neruda ni en frases de Romeo Si aún recuerda la última vez que la llevaron al cielo Y cayó en picada con las alas rotas y un dolor inmenso
Y es que detrás de una mujer herida Siempre hay un idiota al que jamás olvida Y aunque suene masoquista así es la vida Y lentamente va muriendo de dolor la última mariposita
Y le dejaron las alas rotas Que ya no cree en el amor Y duele tanto que aquel idiota Precisamente fui yo ¡Ayayayay!
Y le dejaron las alas rotas Y herido el corazón Y yo daría la vida Por tener su perdón
¡Ay ombe! No llores mariposita Ojalá que los años Te devuelvan la vida, mi amor ¡Ay ombe! Y vuelve a abrir tus alas Que ese corazón de piedra No te luce para nada, mi amor
¡Ay ombe! ¡Ay oiga! ¡Ay ombe! No llores mariposita
¡Ay ombe! ¡Ay oiga! ¡Ay ombe! Te quiero mariposita