Al levantar el día vendrá la niebla y otra vez me marcharé, dejándote. Tú desfondado caerás, me dirás, ¿qué me dirás? llamándome, una vez y muchas más, amándome, tú, desvalido caerás.
Que no se posa la mariposa, va por instinto de flor en flor, ama de veras y nunca se queda, no vaya a ser que en el calor pierda sus alas por amor en el fuego abrasador de un beso y con la trampa de un color erótico. Tú en su cielo volarás, te quedas solo después de mi vuelo sobre tu trágica soledad y te preguntas por qué no me atrapas y alguna nave inventarás que por mi espacio viajará. Y yo volaré hacia nuevas direcciones, me enamoraré sin sellar las condiciones, sólo por amar, y me iré camino a camino desde una pasión a otra pasión, que me atrapará sin pensar en ti.
La mariposa sobre la espalda que te besaba posándose, como una diosa, bella en el sueño, y al despertar volará. Nunca se posa la mariposa, va por instinto de flor en flor, ama de veras y nunca se queda, no vaya a ser que en el calor pueda morirse de amor.