Mina que fue en otro tiempo la más papa milonguera y en esas noches tangueras fue la reina del festín. Hoy no tiene pa' ponerse ni zapatos ni vestidos, anda enferma y el amigo no aportó para el bulín.
Ya no tienen sus ojazos esos fuertes resplandores y en su cara los colores se le ven palidecer. Está enferma, sufre y llora y manya con sentimiento de que así, enferma y sin vento más naide la va a querer.
Pobre paica que ha tenido a la gente rechiflada y supo con la mirada conquistar una pasión. Hoy no tiene quien se arrime por cariño a su catrera. ¡Pobre paica arrabalera que quedó sin corazón!
Y cuando de los bandoneones se oyen las notas de un tango, pobre florcita de fango siente en su alma vibrar las nostalgias de otros tiempos de placeres y de amores, ¡hoy sólo son sinsabores que la invitan a llorar!