Soy el taita porteñito mås corrido y calavera. Abro cancha donde quiera si se trata de tanguear, el que maneja el cuchillo con audacia y coraje y en medio del malevaje me he hecho siempre respetar.
Yo he nacido en Buenos Aires y mi techo ha sido el cielo. Fue mi Ășnico consuelo la madre que me dio el ser. Desde entonces mi destino me arrastra en el padecer.
Y por eso es que en la cara llevo eterna la alegrĂa, pero dentro de mi pecho llevo escondido un dolor. CesarĂĄ ese tormento tan sĂłlo cuando me muera, pero mientras viva quiero disfrutar de lo mejor.
Cuando en algĂșn bailongo caigo con mi querida, la muchachada corrida deja toda de bailar, porque sabe que este taita tiene fama de ladino, y en el suelo argentino no hay quien lo pueda igualar.