(Anacleto Morones es un personaje del libro “El llano en llamas” (1953) del escritor mexicano Juan Rulfo)
Estoy seguro que Juan Rulfo dejó escrito que vivió un tipo al que llamaban Anacleto. Por más señales, bautizado fue Morones aunque la gente lo apodaba “El Hueso Inquieto”.
No hubo comadre en los linderos de Comala que no juntara con Morones sus caderas, pues el jodido les daba agua de arrayanes para mojarlas de muchísimas maneras.
Era un artista para hacer que le cedieran las buenas cosas que las viejas ocultaban, pero Anacleto lo tomaba como un juego que desde niños todos juntos ya jugaban.
Al mero atisbo de una vieja tras la cerca, ni se acordaba del marido el calavera, y le acercaba un jarro de agua de arrayanes pa’ darle ganas de subirse las polleras.
Un día en que se hallaba el macho jugueteando llegó a su casa el conviviente de la osada, y al escuchar ciertos suspiros tras la pirca se allegó un poco para otear lo que pasaba.
Al ver la escena en que Morones se atareaba con su mujer, que lo tenía en el regazo el hombre extrajo su pistola bien cargada y a los adúlteros secó de diez balazos.
Murió furioso el lacho Anacleto Morones, considerado el mero amante de Comala, el hueso inquieto agonizando en su comadre, y el espinazo muy maltrecho por diez balas.
Por eso mismo estoy seguro que Juan Rulfo describió a un tipo al que llamaban Anacleto, que por más señas, bautizado fue Morones, aunque la gente lo apodaba “El Hueso Inquieto”.