El hombre por quien preguntas bajó al turno de la sombra. Le encontré allá en la ladera: mujer, ya regresará. Llevaba el pan en las manos y en los ojos tu mirada. Volverá en la madrugada pero alguno no vendrá: ése se irá con la muerte y otros le habrán de olvidar.
En Lota la noche es brava para el que a la mina baja. En Lota la noche acaba con sangre en el mineral. El mar y el grisú están cerca y es de vida o muerte el pan: para quién será esta noche la muerte bajo el mar.
Zumba una sirena sorda y en el aire de ceniza se desgarran las campanas y arde un fuego funeral. Mujer, saca tu pañuelo y echa el llanto a la mañana que la mina está de duelo y algo tuyo han de enterrar: le atrapó el carbón maldito que así nos da fuego y pan.
En Lota la noche es brava para el que a la mina baja. En Lota la noche acaba con llanto en el litoral. Se tiñó con sangre suya la sombra del mineral: nunca más vendrá de vuelta desde la orilla del mar.
Desde allí sus ojos fijos, ¿con qué luz regresarán?
Y su frente sumergida, ¿en qué pecho dormirá?
*Obs: composição do álbum "Entre mar y cordillera" (Demon - 1.966).