Ave, María Purísima: la noche han dado y silencio.
El rondar del guardián triza apenas la paz colonial. Su paso se aleja por húmedas callejas y en la noche quieta las voces del viento se anidan después. Un negro carruaje cruza el empedrado y en la noche brilla la risa de alguna mujer. Noche de Santiago para los guerreros que con altanero desdén gobernaban en nombre del rey. ¿Y el pueblo? Y el pueblo callaba. ¿Por qué?
El rondar de un guardián triza apenas la paz colonial. Su paso se aleja por húmedas callejas y en la noche quieta las voces del viento se anidan después.
Ave, María Purísima: la noche han dado y silencio.
Cárceles de piedra llenaban la patria y con mil cadenas cargaban al pueblo sin paz. Dueños de la tierra, dueños de la vida, los conquistadores colgaron al pecho del criollo un crespón.
¿Y el pueblo? ¿Y el pueblo que ayer combatió?
Y el rondar del guardián triza apenas la paz colonial. Su paso se aleja por húmedas callejas y en la noche inquieta los ojos de un hombre le miran perder.
Ave, María Purísima: la aurora ya está naciendo.
*Obs: Canción IV de “El sueño americano” (ARENA - 1.965)
Compositor: Ivan Patricio Eugenio Manns de Folliot (Manns Patricio) ECAD: Obra #7222688