(Décimas escritas en Santiago, el 19 de septiembre de 1973 a sólo cuatro días del asesinato de Víctor Jara. La versión citada aparece en el disco ”Sólo digo compañeros” que Hugo Arévalo y Charo Cofré grabaran en Italia en 1974)
Desde que se agrupó el canto en el fondo de la boca desde que el pecho coloca sus clamores como un manto; el tirano siente espanto, el pobre siente alegría, cuando la voz desafía a aquel que la desafiara: por cantar fue Víctor Jara fusilado a sangre fría.
Los que rompieron su pecho salpicando allí amapolas no saben que el canto es ola que vuela sobre los techos. Podrán acallarla un trecho, podrán mancharle la cara, pero el brazo que dispara no puede contra el que canta: por sellarle la garganta mataron a Víctor Jara.
Sin cuerpo nace el juglar, nace de voz solamente, y el sátrapa inclemente* cuando lo escucha cantar busca en su cuerpo cortar la raíz que el canto asile; su boca volcanes miles, sus manos montañas raras: y al matar a Víctor Jara llenaron de Jara a Chile.
Un canario ensangrentado, un gorrión de huesos rotos, un zorzal sin alboroto fue su cuerpo acribillado. De sus dedos cercenados,** de su boca destruida se escapó la voz herida y se echó a volar al mundo y ahora canta tan profundo Víctor Jara ya sin vida.
En el libro “Cantología” dice:
* la satrapía inclemente, ** De sus dedos machacados