Sentía una gran soledad el olivo del Getsetmani y escuchaba, las voces cerca, en la ciudad, las cruces que no llevaré, hoy no tengo un Dios, señora no marches lejos de mi vida que me perderé. Hoy no tengo un Dios, hoy no tengo un Dios, hoy te abandoné, hoy no tengo un Dios. Porque tu ley aqui no respetaré, queda donde estés, que en mi abismo yo, no te buscaré, hoy no tengo un Dios. Sentía, multitudes, llegando nuevos pueblos, encenderse banderas, gestas inútiles, campanas que no tocaré, hoy no tengo un Dios. Señora madre mía no dejes mi vida que me moriré. Hoy no tengo un Dios, hoy no tengo un Dios solo un hombre soy, hoy no tengo un Dios. En un vórtice nubes que explotan y el sol que ves caer necesito una ayuda y no hay más que vivir y existir, un día, y otro día, no, yo no me rendiré. Hoy no tengo un Dios, hoy no tengo un Dios, estoy muerto aqui, hoy no tengo un Dios, y en el amor, sí, yo renaceré, allá donde estés en mi abismo yo te reencontraré. Mas, hoy no tengo un Dios...