Nunca creí ser moneda de oro brillante Que quien la mirara, deba quedar encantado ese instante Más de una vez he pedido que me quemen el trono Porque hay quien creyó haber visto En el sol de mis paredes El brillo de un diamante
En cambio, me vi aplaudiéndole siempre de abajo A quien sólo yo vi burlar la mitad del trabajo Sin privilegios fui forjándome en cada zarpazo Y no sé bien, pero sentía Como si otros caminaran Mientras yo gastaba pasos
Me urge descifrar Cómo debo dedicarme tan sólo a mi espacio Si no importa mi trabajo Lo que importa es el peso de mis lazos
Me saluda una sonrisa Se aproxima por el barrio y me mira solidaria Pues no sabe que le he visto Llevar la hipocresía bajo el brazo
Se oye decir que uno recibe aquello que ofrece Que en mundos redondos Las cosas buscan dar siempre la vuelta Pero fui casa abierta, fui una mano al borde del abismo Y quienes fueron mis hermanos Apagaron la luz y sólo vi oportunismo
Yo que pensé que la hermandad nos hacía más fuertes Me equivoqué, pues los que hablan aquí son los dientes Perseguir claridad, es lo mismo que arar en el agua Porque hay idiotas que demuestran Lo idiota que me veo Pensando diferente
Y al final, es lo de siempre En el jardín de los silencios Soy un ave que molesta Un Quijote haciendo versos Delirando con gigantes invisibles
Qué duro es caminar Si me suicido en el empeño Si las flores que yo siembro Tienen polen irritante Y no le gustan mis verdades Al dueño del jardín