La cama estå que extraña el movimiento, Tu ropa extraña el aire, que le quitas, Y como un batallón en huelga de futuros, Se asoman tus zapatos por el closet.
La casa estĂĄ con ganas de clonarte, Y el cuadro en la pared, esta aburrido, Y es que hasta tu enemiga la cocina, Extraña aquellos guisos que no hacĂas, Y no se hable del reloj, que haraganea, Haciendo de un instante una odisea.
El sillĂłn aĂșn guarda huellas de tus curvas, Y el piso no es el mismo, sin tus pasos, Y el sol ya ni se asoma en la ventana, Sabiendo que no estĂĄs, para observarlo, Y no se hable de tu olor, que flota inerte, O del espejo que se inclina para verte.