Un hotel que no es de nadie, una cama que no es mía... se me muere un día más. Un avión a cualquier parte, una mano que saluda.. no recuerdo bien quién es. Un saludo de Internet, una novia en la cartera y una foto con los fans. El zapping en la tele buscando algún remedio contra la soledad... Soledad acompañada, soledad endemoniada. Tantos gritos, tantas luces, tanta gente y soledad... Soledad de no estar solo, soledad de andar pensando si valdrá algún día la pena tanta ausencia por cantar... Soledad de andar buscando, soledad de deshacerse, deshacerse de esos sueños que se hicieron realidad. Soledad de no estar solo, soledad de andar pensando si valdrá algún día la pena tanta ausencia por cantar... Un sueño de pastilla, un café que me incorpora, un diario bajo la puerta. A las diez una entrevista trae consigo algo de muerte y se roba algo de mí, mientras que un itinerario me maneja por la vida como una pieza de ajedrez. Si cantar por vocación, no es cuestión de calendario, sino de respirar... Soledad acompañada... ¿A dónde va la prisa, los aplausos, las canciones? ¿A dónde va ese tiempo que gané o que perdí cantando...