Con las zapatillas rotas y mocos hasta en el alma gritando en la Gran Vía llora una niña gitana.
La lluvia moja las calles, la noche es triste y callada los perros van empapados y el sereno se resguarda.
Niña no llores así, que en el temblor de tu pecho se esta muriendo Madrid sin saber lo que te han hecho.
Devuélvenos tu sonrisa, haz de cada pena un chiste que morimos más deprisa cada vez que tú estás triste.
Cuánta soledad en el alma, cuanta gente el la ciudades cuántos cuerpos, cuántas sangre, buscándose por las calles.
Y a ti que te sobran besos se los regalas al aire, y a ti que te sobran besos se los regalas al aire.
No les dejes ver tu encanto, al que de ti desconfía el que no entiende tu llanto, no merece tu alegria.
Ríete del que amenaza, tu belleza incorregible que sólo los de tu raza, podeis cantar que sois libres.
Olvidate de los que se encierran, en sus vidas puritanas, comete todas sus tierras, bébete tú sus mañanas.
Que con el clavel caliente, que solo brilla en tu pelo dejan entrar a la gente en la gran fiesta del cielo.
Cuánta soledad en el alma, cuanta gente el la ciudades cuántos cuerpos, cuántas sangre, buscándose por las calles.
Y a ti que te sobran besos se los regalas al aire, y a ti que te sobran besos se los regalas al aire, y a ti que te sobran besos se los regalas al aire.