(Canto a lo humano inspirado en el horrible incendio de la Iglesia de la Compañía en 1863. Repertorio Hermanas Acuña, San Carlos, Ñuble.)
Día martes en la tarde fiesta ‘e Nuestra Señora murieron dos mil personas de votar a nuestra maire. En un fuego lamentable se oyen gritos y lamentos porque las luces del templo al punto se corrompieron. Todos los fieles perdieron el año mil ochocientos.
Cuando el altar se prendió, también la Virgen María, salió por la sacristía la más gente que libró. Y como el fuego abrasó por to’a la re’ondez al culto ya dieron fe y salieron por la puerta. Qué terrible fue esa fiesta fecha del sesenta y tres.
Un pobre anciano llegó a la puerta en su caballo, tomó su lazo en la mano, para a’entro lo tiró. Con perfección lo nombró y repitió en el momento. Se agarraron más de cientos y el lazo se le cortó. Llorando a gritos quedó en el incendio ‘el templo.
Los que libraron con ví’a oyen el triste clamor y para mayor dolor sienten tocar a agonía. Qué fatal la Compañía, de nuevo la nombraré y también lisonjearé las obras espirituales y para mayor pesares Chile de luto se ve.