Voy a recorrer mi ciudad una tarde después trabajar. Procuraré caminar por avenidas, por parques, barrios y crecidas.
Contemplaré la paz de las palomas cuando las fábricas apagan sus altares. En los rostros de las gentes que caminan veré toda clase de risas y pesares.
Voy a recorrer mi ciudad para ver su rostro verdadero. Miraré las vitrinas luminosas, los estudiantes, los quioscos y las cosas.
En cada esquina miraré asombrado el pulso que se mueve entre la gente; tanto automóvil, tanto ascensor, tanto trabajo, y yo camino sin rumbo y cabizbajo.
Voy a recorrer mi ciudad, en el barrio donde corrió mi infancia ya no crecen los árboles tranquilos; los cortaron como viejos peregrinos.
En el terreno donde estaban las basuras un parque para niños construyeron. La vieja casa llena de fantasmas fue transformada en un centro para obreros.
Voy a recorrer mi ciudad que cambió, que creció sin suspirar. Cambió la luz, la escuela, la faena, fue como un río que corriera hacia el mar.
Y recorriendo, recorriendo voy pensando si fue mejor o fue peor esta aventura de recorrer mi ciudad que fue cambiando, o cambié yo y tendré que averiguarlo.