El despertador lo estremeció a las cuarto, como cada lunes Se lavó los dientes, enjuagó su cara, como cada martes El café del miércoles, lo bebió de un sorbo, frío Contó dos veces las monedas justas para cada viaje
La besó en los labios, no encontró respuesta Como cada jueves Subió las solapas y silbó bajito y cruzó el baldío Como cada viernes, anduvo sus pasos, hasta el colectivo Medio pie derecho, colgado de un hilo, como en cada estribo
Dos minutos antes de la hora de entrada, como cada timbre Fue la misma pieza, del mismo engranaje, como cada día Se enjuagó el sudor con el agua fría, cerca de las cinco Apagó la máquina, cerro su gaveta, dejó media vida
Los mates lavados, ya de vuelta en casa, como cada tarde Platos enlosados puestos en la mesa, como en cada cena La discusión cotidiana, cada sobremesa La cama fría, la excusa, el abrazo que no llega Como casi siempre, como cada noche, como si en un sueño Y el despertador de nuevo a las cuatro, como cada lunes Como cada día, como cada gota de su pobre vida Como cada obrero, como cada pieza del mismo engranaje Y el despertador de nuevo a las cuatro, como cada lunes Ganas de morir, ganas de matar, como cada tarde Como cada timbre, como tras la máquina, como cada cinco Y el despertador de nuevo a las cuatro, como cada lunes Y el despertador de nuevo a las cuatro, como cada lunes Y el despertador de nuevo a las cuatro