Cuentan que allá por 1970 fue lanzado al espacio a un cosmonauta, un hombre bueno de la ciencia un héroe de la tradición.
Cuentan que después de dar vueltas a la tierra por equivocación cayo en la selva en una aldea marginada de la civilización.
Cuentan que bombas de bacterias habían muerto los pájaros, los árboles al pobre todo lo que significo vivir, mientras las capitales irradiaban la choza condenada a sucumbir. Mientras las capitales irradiaban la choza condenada a sucumbir.
Cuentan, cuentan, cuentan, que los que recibieron al extraño, que por rara virtud también fue un héroe, lo esperaron con su hambre y sin otra atribución
Cuentan que el hambre terminó con aquel hombre y con la multitud que lo esperaba. Palmo a palmo, pelo a pelo sin alguna distinción.
Cuentan que bajo la vigilía de la luna no quedó mas que la blanca armadura del cascaron de hierro en que voló, un uniforme de coger altura y un antifaz verdoso para el sol. Un uniforme de coger altura y un antifaz verdoso para el sol.
Como quien dice
Hoy volví a bailar contigo, con órgano y danzón; volví a enseñarte mis amigos, regresé sin ton ni son.
Luego vi en el pensamiento a este verano en que te vi, de nuevo me senté contento y agotado junto a ti.
Hoy estuve en la mañana de cantos de sinsontes, de sol en la ventana, de amanecer de montes, de sábanas saciadas.
Hoy volví a tener destino del torpe caminante, de sueños enemigos, de idioma navegante, de rey de mendigos, de rey y de mendigo.
Hoy volví de entre los muertos silbando extraño tu canción, tirando notas y recuerdos como quien dice un adiós.