Al tibio amparo de la dos catorce se desnudaba mi canción de amor llegaba el día indiscreto y torpe y la belleza nos hacia más pobres más esclavos de la ronda del reloj.
Así pasaron los momentos pocos así pasaba la felicidad huyendo siempre de miradas de otros entretejiendo un universo loco de caricias, dudas y complicidad.
Toma de mí todo y todavía más hay que ayunar al filo del amanecer toma de mí todo y todavía más hay que esperar un largo no de claridad toma de mi todo cuanto pueda ser el sol no da de beber.
A los tristes amores mal nacidos y condenados por su rebelión daré algún día mi canción de amigo y fundiré mi vino con su vino sin perder el sueño por la excomunión.
Y a quien me quiera incinerar los versos argumentando un folio inmemorial le haré la historia de este sol adverso que va llorando por el universo esperando el día en que podrá alumbrar.