Naciste mulato, piel de noche turbia, turbia como tu alma y como tu voz. Como tu mirada cuando estás en curda y como una pena o como un rencor. Un barbijo largo te adorna la cara. "Un mal entendido", según contás vos. Una pavadita... tres años en cana por matar al guapo que así te cortó.
A vos te llaman "El Tordo" por tener negro el plumaje y porque entre el malevaje sabés copar y bancar... y si la talla es fulera o la taba se da vuelta, pagás todas las apuestas callado y sin protestar.
De amores, se dice, no lo conociste. Qué saben los chusmas lo que te pasó. Ella era una rubia. ¡Cómo la quisiste! Cuántas ilusiones se hicieron los dos. Pero los parientes... el padre y la madre para qué te cuento, te mató el color... Nunca la olvidaste. La llevás adentro y es otro barbijo en tu corazón.
(para final) ... y con un faso en la boca y el cuchillo en la cintura ¡se destaca tu figura entre los grasas del bar!