Parao en la esquina de un pompeya viejo Un guapo escuchaba: te quiero rosendo... Te quiero rosendo. Inmutable y serio con la vista fija mirando pa’ dentro El guapo escuchaba: te quiero rosendo... Te quiero rosendo porque sos el macho, que me hizo hembra, Y, por esta vida que me crece adentro... Después de un silencio la luna oriyera Mostraba la estampa del guapo rosendo Con la vista fija mirando pa’ dentro, Prendió un cigarrillo, se arregló el sombrero Y como al descuido arrojó el cuchillo de mil entreveros Se fue con ella camino al misterio, Dejando la esquina de un pompeya viejo Mientras escuchaba: te quiero rosendo... Te quiero rosendo.
Y en esa liturgia de tren y barrera, de farol y luna, De perros y sapos, nació una leyenda... Y el sur perdió un guapo.