- Ahora a los postres, nada mejor que un poco de música, músicos, los músicos, cantad.
- Majestad, hemos compuesto una pequeña canción en homenaje a vuestra esposa, la reina.
- Bien, adelante.
Dulce reina mía, una nueva fantasía en cada nuevo verso, deseo mostrarte, no quiero decir más, lo que tú ya sabes. El día en que te conocí me pareció muy grande tu inteligencia, vi tu nariz diminuta, vi tu cabelleraaa cayendo sobre tu cintura y tus pechos maternales. Y ahora ves la sombra de uno que sin esperanzas te ama ves el llanto del infeliz porque tú perteneces a otro sólo eres de tu marido.
- Bravo, bravo, quisiera escucharla una vez más, pero me gustaría más a dos voces.
- Pero, tengo una sóla majestad
- Que cante aquel otro músico el de la viola.
- Es que yo no se la letra majestad
- Oh, bien entonces cantadla en canon
- ¿En dónde?
- En canon, esa manera en que primero canta uno y luego otro hace la, imitación, comienza tú y tú que no sabes la letra vas repitiendo lo que el canta, ¿qué ocurre? ¡no sabeis lo que es un canon!
- Oh, si, si... sabeís.
CANON Dulce reina mía, una nueva fantasía en cada nuevo verso, Dulce reina mía deseo mostrarte, una nueva fantasía en cada nuevo verso no quiero decir más, deseo mostrarte lo que tú ya sabes.
El día en que te conocí me pareció El día en que te conocí... muy grande me pareció tu inteligencia, muy grande vi tu nariz tu inteligencia diminuta, vi tu nariz vi tu cabelleraaa diminuta cayendo sobre tu cintura vi tu cabellera y tus pechos cayendo sobre tu cintura.
Y ahora ves la sombra de uno que sin esperanzas te ama Y ahora ves la sombra ves el llanto de uno que sin esperanzas te ama del infeliz ves el llanto porque tú perteneces a otro, sólo eres del infeliz de tu marido.