Las tres de la mañana y voy a tu emboscada, te invito a desnudarnos el alma.
Estamos juntos en el sillĂłn, las horas pasan, mis ganas no, los nudos que desato son de mi corazĂłn.
Las cinco y me sorprendes, me doy a lo que pasa, un beso de tu boca me alcanza, Comienza el juego, me pides mas lo que sucede es natural, no temo convertirme en estatua de sal.
Y dejo ser al deseo no lo puedo evitar me encanta hacerlo en el suelo!
Respiro tu aliento suspiro y te ruego que me hagas volar.
Las nueve menos veinte encuentro tu mirada un gesto de tus labios me llama hay un desorden conmovedor y nuestros cuerpos en un rincĂłn aun no se han dormido seduciendo al amor.