Ella estaba orgullosa de su raza venía de una estirpe renombrada el primer gran banquete que se dio su familia fue morder en los labios de la Reina Cleopatra. El por parte de padre era otomano y recuerda haber sido tan feliz que en medio de los valses y un entorno convulso comieron el cadáver de Sissi Emperatriz . Y en este mismo instante sobre una gran cagada que un yonqui les regala donde acaba Madrid se disputan su parte del botín al mirarse comprenden que su raza debe sobrevivir... Ella luego se ensaña con un perro al que atrapó algún coche con sus ruedas con el deber cumplido él se va a su faena se enreda con los mocos de algún niño de la escuela. Lo que resta del día se lo pasan como quién se echa al mar en una balsa burlando mil venenos y cintas engomadas y a niños que por gusto les arrancan las alas. Solo son veinticuatro sus horas en la Tierra se lo toman a pecho como quien va a la guerra ponen miles de huevos que serán moscas luego efímeras, eternas pegajosas, molestan... Al terminar su ciclo salvada su existencia no les pesan las alas y abandona la escena escribe su epitafio sobre una herida abierta: murió como nació feliz entre la mierda.