Hoy me desperté con ganas de escribirle una canción a la incogible, a la incogible no era muy hermosa, ni gran cosa, pero sin razón era incogible, era incogible.
Probamos por las buenas, con pagarle, con mostrarle la poronga y hasta con amor probamos sin orgullo, sin chamuyo y escondiéndole en los yuyos el consolador.
Probamos irrumpiéndole de a muchos en la casa por la noche, probamos con alcohol probamos con un pibe que era lindo y con el cuento de que el fin del mundo ya llegó.
Probamos una chota en su presencia como ejemplo de la ciencia, pero no creyó probamos con promesas de casorio, con pavadas de los novios, pero no agarró.
Probamos con decirle que empezara por el culo que sin duda es más seguro y es mejor probamos con algunas amenazas de contar lo que le pasa por televisión.
Probamos con una orgía sorpresa con un par de putas viejas en su habitación probamos regalándole una verga embalsamada para ver si le aflojaba el corazón.
Probamos con cogernos un linyera para que le diera pena, pero no funcionó probamos con afiches, con pancartas, y hasta con la “Serenata Recogiéndonos”.
Probamos apostándole un garchazo a que no fumaba diez fasos y se los fumó probamos con un show de marionetas que garchaban como atletas toda la función.
Juramos que por esa negativa nos cortábamos la tira y no le importó le hicimos con la bruja de la selva un hechizo:”quiero verga” que no resultó.
Le dimos a la tía, a la hermana, a la prima, a la cuñada, a la vecina y a la mucama. también a la madrina, a las amigas, y a una abuela que jodía porque a ella no le daban.
Probamos con clonarla para darle sin tocarla pero el cura de la iglesia se negó probamos con hipnosis, con la magia, con terapia, y con las pócimas guarangas del amor.
Probamos apoyándole la chota en la boca para ver si se tentaba pero no hablamos con la madre y con el padre que decía que nosotros teníamos razón.
El tiempo pasó y cada uno siguió con su camino y nadie más la vio a veces cuando alguno la nombraba le inventábamos destinos y volvíamos a olvidarla.
No sé ni cuanto tiempo había pasado pero un día me la encuentro por Paseo Colón tenía otro peinado, una pollera, lentes negros y una cámara de filmación.
En cuánto me miró nos abrazamos como dos extraños que piden perdón quedamos esa noche en encontrarnos para ver si hacíamos algo, pero no llamó.
Y hoy me desperté con ganas de escribirle una canción a la incogible, a la incogible no era muy hermosa, ni gran cosa, pero sin razón era incogible, era incogible.