Yo soy el negro que alegre, cantando la vida se suele pasar; y que jamás siente pena, porque con la risa la sabe ahuyentar; y cuando veo otro negro, con cara muy triste, ¡qué risa me da! ¡Ja, jajajá, ja, jajajá ja, jajajajá! Y esta es la vida se ve, que debemos de pasar, ahuyentando los pesares con la risa y nada más.
¡Cuando la veo a Panchica que sale el domingo, contenta, a pasear, y con Benito del brazo, allá por Palermo, la suelo encontrar! Al ver la yunta de negros como dos mandingas, ¡qué risa me da! ¡Ja, jajajá, ja, jajajá ja, jajajajá! Y en este mundo se ve, todos tienen que reír: yo me río de los otros y otros se ríen de mí.
Bailando anoche un tanguito con la negra Pancha el negro Ramón, queriendo hacer firuletes como fardo al suelo se fueron los dos; se lastimaron la trompa y toda la mota se le alborotó... ¡Ja, jajajá, ja, jajajá ja, jajajajá! Pobre los negros, Ramón, ¡ay que risa que me da! ¿Quién lo metió a hacer piruetas, a los negros, si no sabía bailar?
Yo soy el negro que alegre, cantando la vida se suele pasar; y que jamás siente pena, porque con la risa la sabe ahuyentar; y cuando veo otro negro, con cara muy triste, ¡qué risa me da! ¡Ja, jajajá, ja, jajajá ja, jajajajá! Y esta es la vida se ve, que debemos de pasar, ahuyentando los pesares con la risa y nada más. ¡Ja, ja, ja, já! ¡Que demonio de "bulero" este!