Y no tenĂa que hacerse y se hizo la dura Yo nadaba por verla a pesar de la bruma Con una copa en la mano, le iluminaba la Luna Por fuera siempre reĂa, por dentro gritaba ayuda
Ella parece el Diablo cada vez que me mira Yo solo el condenado a vivir siempre en su mentira Agarra fuerte la mano y cuando ella quiere me tira Y me hace sentir el malo porque me arrastra a su vida
TĂș fuiste la de siempre, eclipsabas la Luna Generabas corriente, no habĂa ninguna duda TĂș me diste la mano, yo gire tu cintura Y los dos nos leĂmos como literatura
Y aunque venga el diablo con la vela encendida Con el fuego que nunca se apaga sin razĂłn Cada vez que te hablo mi cabeza se pira A otro mundo en el que solo cabemos los dos
Nos quedamos congelados cuando se nos tuerce el cuento TĂș me llamas, no te alcanzo y ardo en llamas cuando te convenzo Y hace tiempo que despierto con un nudo adentro que me ata el alma
Bastante que no te miento, y que no me hago el muerto y que mantengo la calma Y haces que no me arrepienta del olor a menta de esta madrugada Cuando pase la tormenta, un dĂa de estos, me contestas