A esta noche de grillos le haré mal con mi luz de minero, con mi andar.
Yo descubrí que las estrellas no son culpables, no son ellas las que inventaron los segundos y los minutos de este mundo. Yo comprendí que no son ellas, no son culpables las estrellas, no.
A esta noche de grillos le he de dar mi violento relámpago al cantar.
Yo descubrí que los planetas no son culpables de las restas, que la matanza de mi tiempo no es culpa de esos elementos, yo comprendí que no son tretas que sean obras de planetas, no.
A esta noche tan hembra la he de amar con mi sexo satélite girar.
Yo descubrí que la menguante luna de miel duele bastante y que entre dos todo es posible, de lo más bello a lo terrible, lo comprendí entre la amargura del lado impuro de la luna, sí.
A esta noche de esclavos liberar con un pueblo de estrellas titilar.
Yo descubrí que el combatiente es más honrado y más valiente cuando no olvida la ternura bajo la piel de su armadura, lo comprendí ante la hermosura del lado claro de la luna, sí.
Esta noche sin horas partirá porque el tiempo no existe en mi cantar y la muerte no sabe mi reloj, su guadaña no puede con mi amor.
Yo descubrí que las estrellas no son culpables, no son ellas las que inventaron los segundos y los minutos de este mundo.
Yo descubrí que no son ellas, no son culpables las estrellas, no.