Hay quien se embriaga por vicio, no lo dudo, lo sé bien. Pero siempre, casi siempre, la culpa de lo que somos la tiene alguna mujer. Y yo soy uno de aquellos que padece de ese mal, por eso cuento conmigo y hace lo que le parece mi vida sentimental.
¡Tiene razón amigazo!, me di cuenta que estoy llevando una vida que a mí no me corresponde. Todas las noches de copas, si hasta es cosa de no creer. ¡Tiene razón amigazo!, lo comprendo, que me hace mal la bebida y qué quiere que haga el hombre, si ya no beso su boca, si me falta su querer.
Soy como me da la gana, desde que perdí su amor me divierto a mi manera, endulzándome la boca, para aliviar mi dolor. Y usted me está aconsejando, ¡muchas gracias!, ya lo sé, que si sigo como sigo, va a decir si ella me viera, quién te ha visto y quién te ve.